viernes, 19 de septiembre de 2014

Tengo un Kindle y sé cómo usarlo




Resulta que después de años de querer uno, por fin pude comprarme un Kindle. Ocurre que la librería Gandhi los vende, y como yo soy un ser raro que no tiene tarjeta de crédito, me resultó más conveniente comprarlo aquí que ordenarlo por internet.
Ha sido una bendición en los viajes en autobús de estas breves vacaciones (en las que conocí también, por fin, el jardín escultórico de Edward James, son días de ponerse al corriente y pagar las deudas con una misma), y también para leer a oscuras en la cama, ahora que estoy enferma de los mocos una-vez-más.
Por ahora, el aparatín sólo tiene cargados un par de libracos que me urgía leer, entre ellos, Marilyn:  The passion and the paradox, de Lois Banner, Boy, Snow, Bird de Helen Oyeyemi, y Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar, que se convertirá en el próximo libro a reseñar para #ElRetodelosClásicos el próximo viernes 10 de octubre en Ecléctico.

La maravilla es que me parece que el Kindle es perfecto para leer a los clásicos, sobre todo porque muchos de ellos están disponibles de forma gratuita en formato electrónico, como en esta y esta página. Hay muchas más, claro, como ésta, especializada en Ciencia Ficción. Y además, se tiene la posibilidad de acudir al diccionario, Wikipedia o a las notas al pie en cualquier momento para solazarse en la nerdez superflua, aunque sea.

El siglo pasado, les aseguro, aprueba totalmente esta hechicería libresca del futuro.



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